Repasemos los consejos para conducir con seguridad en caso de inclemencias meteorológicas.
En primer lugar, hay que entender que la conducción no es en absoluto una actividad estática y que siempre hay que tener capacidad de adaptación, sobre todo en situaciones en las que la conducción se ve dificultada por elementos como el viento, la lluvia, la nieve o el hielo, entre otros. Por ello, el primer consejo suele ser preparar nuestro coche para el invierno. Es necesario revisar los neumáticos, frenos, amortiguadores, baterías, limpiaparabrisas, bujías, etc. Aunque hay situaciones que escapan a nuestro control, como el mal tiempo antes mencionado, ésta no es una de ellas.
Crear el clima ideal dentro del coche es otro elemento crucial. Con esto nos referimos a una iluminación y climatización adecuadas para que el conductor esté cómodo, libre de distracciones y pueda concentrarse plenamente en la carretera. Puede parecer aparente, pero no lo es. Este entrenamiento preparatorio es necesario para conducir en invierno, cuando la visión disminuye y el contexto aumenta. Hay menos horas de luz, las diferencias de temperatura pueden hacer que se empañen los cristales, y la niebla y otros fenómenos similares son frecuentes. Por eso es fundamental dedicar tiempo a preparar las condiciones ideales de conducción antes de salir.
Es fundamental seguir estas cuatro recomendaciones para evitar accidentes de tráfico cuando se conduce con lluvia, nieve u otras condiciones adversas:
- Extremar la precaución al adelantar o realizar otros movimientos.
- Aumentar la distancia de seguridad entre coches.
- Reduzca la velocidad y conduzca con marchas largas.
- Aumentar la frecuencia de las paradas de descanso.
Naturalmente, otros consejos importantes son utilizar neumáticos de invierno, que tienen una tracción superior en carreteras frías, evitar frenazos bruscos y tener a mano un depósito lleno de gasolina y cadenas por si fueran imprescindibles.